El coaching es una metodología que genera cambios de la visión y perspectiva de una persona y/o empresa, para luego iniciar un proceso de máximo desarrollo, que traerá consigo cambios significativos, así como el logro de metas y objetivos. 
 
En Montreal, el 3 de noviembre de 2004, Steve Mitten, entonces presidente de la International Coach Federation, se dirigía en estos términos a los 1.800 coachs allí reunidos para la gran conferencia anual de la federación: «Ya no tardará en llegar el tiempo en el cual cada uno tendrá su coach. Habrá tantos coachs como médicos o abogados. Se contarán por centenares de miles en el mundo». 
 
En la actualidad, un número considerable de empresas cuentan con la asesoría de un coach, ya que esta práctica se ha hecho necesaria para la buena labor de los ejecutivos y directivos, responsables de la toma de decisiones, función determinada para una empresa. 
Y es que la demanda constante de mejores resultados, el estrés y la exigencia creciente del trabajo han permitido que el coaching cobre protagonismo en el sector empresarial, así como en la sociedad. No es necesario tener conflictos internos para recurrir a los servicios de un coaching, pues basta con tener apoyo para las gestiones de cambio o sobrellevar el ritmo acelerado de la economía actual. 
 
John Whitmore, autor del primer libro de referencia sobre el coaching, justifica así el nacimiento de esta nueva profesión:
«El mundo profesional ha colonizado demasiado espacio en la vida de demasiadas personas y tuvieron que pagar un precio demasiado alto por ello. Demasiados ejecutivos, demasiados gestores viven para su trabajo en vez de trabajar para vivir. El estrés, los matrimonios rotos, los niños desatendidos y una salud frágil son síntomas mucho más frecuentes de lo que los ejecutivos están dispuestos a admitir. El coaching es una forma de llevar al coacheé a una toma de conciencia paulatina de este desequilibrio y de ayudarle a encontrar una manera de seguir avanzando, favoreciendo al mismo tiempo el desarrollo de su vida profesional y el respeto de su vida personal. Eso requiere a menudo la creación de una nueva visión de su futuro, o de un ideal hacia el cual dirigirse; todo lo contrario de una política de supervivencia sólo apta para esquivar problemas. Muchos ejecutivos notan cómo unas sesiones regulares de coaching presencial o por teléfono, si es necesario, pueden tener un verdadero impacto sobre la calidad de sus resultados profesionales así como sobre sus relaciones en el ámbito privado» (Whitmore, 2003).
 
Fuente: Extracto del diplomado en Liderazgo y Dirección de Personas.
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