La ética en su mayoría de veces se confunde con la moral, debiendo precisar que la ética es una decisión personal y racional. Esto quiere decir que la ética no es una decisión conjunta, y que se valora de manera racional.
Podemos citar un ejemplo de la vida cotidiana, como es el caso del conductor que se pasa la luz roja por estar apurado, porque es de madrugada, porque nadie lo ve, o porque simplemente no le gusta respetar las normas de tránsito. Analicemos este simple ejemplo precisando que el conductor tomo una decisión de carácter personal y racional, puesto que no consulto a nadie y sabía que no era correcto la conducta que estaba ejerciendo. En este contexto es bueno precisar que la racionalidad está basado en establecer lo bueno y malo de las cosas; entonces hacemos la gran pregunta: Si sabemos que no es correcto incumplir las normas de tránsito, entonces ¿por qué lo hacemos? ¿Por qué no nos gusta respetar las normas? ¿Por qué existen personas que se sienten bien haciendo el mal? en estas pocas líneas queremos precisar lo que significa en su contexto real la ética.
La moral es una decisión de carácter conjunta que va de la mano con la costumbre que no es otra cosa que el conjunto de actos repetidos en el tiempo. Un ejemplo cotidiano seria el compromiso o las promesas que tiene el ser humano con la sociedad, como el de danzar o ser mayordomo en una fiesta costumbrista, no existe documento escrito que comprometa a participar, pero si existe la palabra y el compromiso moral ante un grupo de personas.
Dr. Winston J. Reátegui Vela
Coordinador de Administración y Gestión Deportiva, Universidad Inca Garcilaso de la Vega
Docente – FIDE, Educación